¿Puede el empaque resolver las necesidades del consumidor?

 

 

 

El diseño innovador de envases puede mejorar sustancialmente el uso de un producto. Los profesionales de mercadotecnia y los diseñadores de empaques deberían explorar nuevas e ingeniosas formas de mejorar la experiencia del consumidor.

 

Cuando el embalaje de un producto va más allá de su función básica, hacer que el producto sea fácil de transportar y mejora la forma en que el consumidor se relaciona con el producto, se crean experiencias positivas que puede mejorar la lealtad y la frecuencia de recompra.

 

Un trabajo por hacer

 

La mayoría de las empresas abordan la innovación desde la perspectiva de mejorar sus productos existentes. Bajo la teoría desarrollada por Theodore Levitt, las personas no hacen compras por un producto; hacen compras para satisfacer una necesidad, es decir, un trabajo por hacer.

Cuando el proceso innovador se centra en el trabajo y no en el producto (por ejemplo, la innovación en el almacenamiento de bebidas en el refrigerador), los resultados son más prácticos para el consumidor, lo que mejora el crecimiento de la empresa a lo largo del tiempo.

 

Tres preguntas para un mejor empaque

 

Para aplicar la teoría del trabajo por hacer al diseño de empaque de un producto y mejorar la innovación, podrían considerar los siguientes cuestionamientos:

 

¿Qué trabajo cumple el producto para el consumidor?

Bajo los planteamientos de Levitt, "la gente no quiere un taladro de un cuarto de pulgada; quieren un agujero de un cuarto de pulgada". Es importante saber cuál es el resultado final que buscan los consumidores con el producto, comprender esta necesidad es la base fundamental para cualquier innovación.

 

¿Cómo puede ayudar el empaque con este trabajo o lograr completarlo?

Por ejemplo, los envases de algunos medicamentos controlados respaldan la necesidad de tomar píldoras de una manera segura, pero conveniente; cuando las píldoras se empacan en un blíster mensual en lugar de una botella, esto puede mejorar la funcionalidad para el consumidor al facilitar el seguimiento de las dosis.

 

¿Qué otros trabajos puede hacer el envase?

Una vez que se toman en cuenta el trabajo que un producto y su envasado llenan en la vida de las personas, se abre un nuevo mundo de opciones para la iteración del diseño de envases. La hora del día, el minorista, el comercio electrónico, el estilo de vida y más factores, pueden ser puntos de datos que un buen diseñador de empaques puede aprovechar para tomar mejores decisiones.

 

Un desafío para una buena innovación de envases es proporcionar estos puntos de datos clave a los diseñadores de envases al inicio del proceso. Esto permite a los diseñadores explorar lo que es posible, en lugar de confiar en el pensamiento estándar.

 

Los cambios en los hábitos del consumidor han modificado los trabajos a realizar. Los minoristas continúan observando los patrones de compras emergentes. Por ejemplo, algunos están evolucionando para dividir sus tiendas en dos secciones, una para compradores rápidos que piden en línea o usan la tienda como una de conveniencia a pequeña escala y la segunda para compradores más pausados, con una experiencia donde los consumidores tocan y leen más acerca de los productos que pueden elegir comprar.

 

A medida que surjan estos cambios, las marcas tendrán que reconsiderar cómo obtener el mejor rendimiento en estos modelos. En el área de conveniencia, es posible que necesite un empaquetado más pequeño que contenga bocadillos listos para su consumo, envueltos individualmente y en el área experiencial necesitará un empaque a granel que se ajuste en un armario y permita a los compradores ver cómo se podría usar para llenar bolsas de almuerzo de sus hijos. Los mismos productos podrían vivir en dos partes diferentes de la tienda, en dos paquetes muy diferentes que se ajustan al contexto de las necesidades de cada consumidor único.

 

A medida que nuestro mundo cambia, los envases aún protegerán el producto, se llevarán con facilidad y deberán transmitir los mensajes de marca. El embalaje del producto puede capturar un uso adicional y puede adaptarse a nuevos patrones de compras y trabajos que serán la clave para diferenciar los productos y mejorar las experiencias de los clientes